jueves, 23 de agosto de 2012

Paris, je t'aime!

Daría lo que fuera por volver a París. Pero en invierno
 
a ser posible. Como hace exactamente 5 diarios (es decir, 5 años) cuando fui por primera vez. Allí se notaba que había pasta, todas las tiendas y restaurantes estaban adornados con acebo, guirnaldas, espumillón y luces a más no poder, como si aquello fuera el decorado de alguna peli.  París y su allure...una palabra que utilizan allí que es casi indiscreptible. Donde quiera que estés, si alzas la mirada verás la Tour Eiffel que, en aquel momento por las noche estaba iluminada. Recuerdo cuando subí, solo hasta el segundo piso, recuerdo el frío que hacía y lo perfecta que parecía la ciudad desde ahí arriba. El frío era tan intenso por toda la ciudad que creía que me iba a quedar sin pies y las orejas se me iban a caer. Me gustó mucho aquel apartamento que alquilamos en el que me asomaba a la ventana y veía los balcones de los que colgaban luces blancas y aquellas ventanas tan características de París en las que se dibujaba la silueta de un árbol de Navidad. Y luego los Champs-Elysées, un camino en el que caían copos artificiales de nieve y cuyo fin era L'arc de Triomphe, un camino hacia la puerta del paraíso. Ah, y lo que más echo de menos es el olor a horas tempranas de croissant recién hecho...Quién sabe, quizás acabe en Montmartre haciendo retratos a los turistas (esperemos que no). Paris, on se verrait tôt!